Casos de éxito como la columna de Estrella Damm o Martini, para poner algún ejemplo, se han desarrollado siguiendo este método.
En los pocos procesos en los que nadie nos puede proporcionar la calidad que nuestros clientes exigen, y que no podemos derivar (como por ejemplo en la serigrafía), invertimos para producirlo de manera interna. En el caso de los procesos digitales, preferimos trabajar con las últimas tecnologías existentes en el mercado, buscando siempre la última tecnología existente.
Tenemos proveedores diversos en cada uno de los componentes de cada producto, y en distintos puntos del planeta. Todos estos proveedores han estado produciendo en diferentes porcentajes en los últimos años, por lo que conocen la fabricación de los componentes a la perfección.